La misión del Profeta del Islam (PBD)

De acuerdo con los registros históricos, la península arábiga en el período pre-islámico, estaba dominada por la ignorancia y la barbaridad. [1] Es obvio; que cuanto más se amplían la ignorancia, la idolatría y la corrupción en la sociedad, mayor será la responsabilidad de los Profetas y Líderes Divinos para expandir la justicia, la ética y la virtud entre la gente. En otras palabras, en tal sociedad, la misión del Profeta (PBD) fue más difícil y por consiguiente, su posición fue más elevada. [2] El Profeta del Islam (PBD) se levantó en tales condiciones para rescatar a la humanidad de la idolatría, de la ignorancia y de la injusticia, dirigiendo a la gente hacia la libertad y la dignidad. [3] La religión del Islam, a pesar de que surgió de un ámbito de idolatría e ignorancia, hizo mucho hincapié en el conocimiento y la razonabilidad, y esto de por sí es uno de los aspectos milagrosos de esta religión. En las fuentes islámicas existen muchas narraciones que admiran la ciencia y el conocimiento, entre estas narraciones caben mencionar las siguiente:

“Mirar al rostro de un sabio tiene la recompensa de adorar a Dios.”

“Una reunión científica es un jardín de los jardines del Paraíso.”

“Una hora de pensamiento es mejor que setenta años de adoración.”

Estas narraciones son evidencias claras que demuestran la importancia del conocimiento en el Islam. Además, cabe señalar que las primeras aleyas que fueron reveladas al Profeta Muhammad (PBD) se trataban de la importancia del estudio y el conocimiento: [4] “Recita. Tu Señor es el Más Generoso. Es Quien ha enseñado por medio de la escritura. Ha enseñado al ser humano lo que éste no conocía.”(Corán, 96: 3-5)

La pregunta fundamental que surge a este respecto es ¿cómo era posible que los más altos niveles del conocimiento apareciesen en un ámbito lleno de ignorancia? La respuesta es muy sencilla. Este propósito se logró porque el Profeta (PBD) fue el mejor maestro. El Sagrado Corán califica al Profeta Muhammad (PBD) como un maestro y un instructor de la moral, no solo para los musulmanes sino para toda la gente del mundo: [5] “Él es quien ha suscitado para el pueblo iletrado un enviado de entre ellos, para que les transmita Sus mensajes, y les ayude a crecer en pureza, y les enseñe la escritura divina y la sabiduría –mientras que antes de eso se encontraban, ciertamente, en un claro extravío.” (Corán, 62: 2)

Además, en la aleya 157 de la Sura al-A’raf, Dios presenta al Profeta Muhammad (PBD) como una persona cuyas palabras están basadas en la verdad, y ha venido a rescatar a la gente de las cadenas de la ignorancia, la inseguridad y la oscuridad: [6] “Aquellos que sigan al Mensajero, el Profeta iletrado al que encuentran descrito en la Torá y el Evangelio que tienen con ellos, el cual les ordena lo que está bien y les prohíbe lo que está mal y hace lícitas para ellos las cosas buenas e ilícitas para ellos las cosas malas y que les libera de las cargas que les abrumaban y de las cadenas que les oprimían. Así pues, quienes crean en él, le honren y le auxilien, y sigan la luz que se hizo descender con él, serán los triunfadores.

Igualmente, la primera aleya de la Sura Ibrahim hace hincapié en el hecho de que el Profeta Muhammad (PBD) salvó a la humanidad de las tinieblas y la dirigió hacia la luz: “Alif, lam, ra. Un Libro que hemos hecho descender a ti para que saques a la gente de las tinieblas hacia la Luz con el permiso de su Señor, hacia el camino del Poderoso, el Alabado.” Es de hacer notar; que el término “tinieblas” en estas aleyas se refiere a cualquier tipo de crisis social tales como la ignorancia, la corrupción y la pobreza. [7]

Al respecto, existen muchas aleyas similares en el Sagrado Corán que explican que el Profeta del Islam (PBD) fue enviado con el fin de rescatar a la gente y guiarla hacia el camino de la perfección y la prosperidad. Algunas de estas aleyas comparan esta tarea del Profeta (PBD) con el hecho de dar una vida nueva a los muertos; ya que en verdad, las personas que viven en la ignorancia e inseguridad, a pesar de que tienen cuerpos vivos, tienen almas muertas. [8]

Los Profetas Divinos eran como lámparas luminosas contra la oscuridad de la ignorancia e idolatría. [9] Es por lo tanto que en el Sagrado Corán, Dios dice dirigiéndose al Profeta Muhammad (PBD): “¡Oh, Profeta! En verdad, te hemos enviado como testigo, como portador de buenas nuevas y como amonestador, como uno que invita hacia Dios con Su permiso y como una lámpara luminosa.” (Corán, 33: 45-46)

Referencia:

[1] Exégesis de Nahyul Balaga, Sermón 1.

[2] Payame Emam (Exégesis del Nahyul Balaga), tomo 4, página 265.

[3] Filosofía del martirio, página 7.

[4] Discurso del Ayatolá Makarem Shirazi, Qom, 2/9/1389 hégira solar.

[5] Cincuenta Lecciones para la Juventud, sobre los Principios de la Fe, página 215.

[6] Discurso del Ayatolá Makarem Shirazi, Qom, 19/10/1389 hégira solar.

[7] Ibíd.

[8] Ibíd.

[9] Payame Emam (Exégesis del Nahyul Balaga), tomo 4, página 517.