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¿Cómo llamaba Fátima a su padre?
¿Cómo llamaba Fátima a su padre?

¿Cómo llamaba Fátima a su padre?

¿Cómo llamaba Fátima a su padre?

Yo tenía miedo de llamar “padre” al Mensajero de Dios y por ello le decía: ¡Oh, Mensajero de Dios!” Dos o tres veces el Profeta (BP) no dijo nada, pero una vez me miró y dijo: “¡Oh, Fatimah!, ésta aleya que fue revelada no te concierne a ti, ni a tu familia ni a tus descendientes. Tú eres una parte de mí y viceversa. Esta aleya fue revelada para los opresores y para los Quraish, quienes son de maneras bruscas, tercas e insolentes. Tú cando me llames dime “padre”, que estas palabras le dan vida a mi corazón y gustan más a Dios”.[1]

1. El Profeta (BP) dijo: “Fatimah es una parte de mí mismo, si alguien la llena de alegría es como si a mí alegrara, y si alguien la molesta es como si me hubiese molestado a mí. Fatimah es entre los seres humanos la más querida para mí”.[2]

2. Y también dijo: “Ella es una parte de mi y de mi corazón y de mi alma. Si alguien la molesta es como si me molestase a mí y si alguien me molesta, es como si molestase a Dios”.[3]

3. El Profeta (BP), mientras tenía la mano de Fatimah entre las suyas, dijo: “Quienes la conocen, la conocen y quienes no la conocen sepan que ella es Fatimah, hija de Muhammad, y ella es parte de mí, de mi alma y del corazón que se encuentra entre mis costados, por tanto, si alguien la molesta, a mí me molesta y ciertamente molesta a Dios”.[4]

4. Dijo el Profeta (BP): “… mi hija Fatimah es la Señora entre las señoras del mundo, desde la primera hasta la última. Es parte de mí mismo, la luz de mis ojos, parte de mi corazón y del alma que está dentro de mi cuerpo y es una hurí (ángel) del Paraíso personificada y (nacida) de mí. Cuando se coloca de pie en su lugar de oración para adorar al Creador, su brillo ilumina a los ángeles del cielo como el brillo de las estrellas ilumina a los humanos en la Tierra, y Dios, El Poderoso, El Majestuoso, dice a sus ángeles: “Ángeles míos, ésta es mi servidora Fatimah, observad a la Señora entre mis servidoras, cómo se ha colocado de pie frente a Mí y su cuerpo tiembla por respeto y temor a Mí, y con su corazón se dirige hacia Mí para adorarme. Sean testigos que a sus seguidores los he perdonado del fuego del Infierno…”.
[5]

1. “Bihar”, t.XLIII, p.32-33; “Manaquib Shahr Ashub”, t.III, p.102; “Baitul Al Ahzan”, p.19.

2. “Bihar”, t.XLIII, p.39; “Manaquib Shahr Ashub”, t.III, p.112; “Muntahal Amal”, p.160.

3. “Kashful Gummah”, t.II, p.24.

4. “Bihar”, t.XLIII, p.39; “Manaqui Shar Ashub”, t.III, p.112; “Kansul Fawa’id”, p.360; “Fusul Al Mujtarah”, p.57.

5. “Kashful Gummah”, t.II. p.24.